lunes, 2 de enero de 2012

NUESTRA HISTORIA

La historia de nuestra iglesia empezó por el año 1983, (yo tenía 18 años) cuando poco días después de haber conocido al Señor leyendo los Evangelios, testifiqué a un amigo del barrio: "He encontrado a Dios", le dije. Sorprendido mi amigo respondió: "Tan temprano y ya estás borracho, ya no bebas tanto". Recuerdo que le dije: "No estoy borracho, he encontrado a Dios leyendo la Biblia". El se dio cuenta que estaba sobrio y hablaba en serio. "¿Estás leyendo la Biblia?", me dijo emocionado.  "Si", le respondí. Él entonces me dijo: "Yo también estoy leyendo la Biblia". "Entonces juntémonos para estudiar juntos la Biblia", le dije. Fue así que acordamos reunirnos en la casa de mis padres para estudiar juntos la Palabra de Dios.

Algunas semanas después, le hablé a mi primo Raúl de mi experiencia con Dios. Él era un muchacho muy tranquilo y quería ser sacerdote. Cuando le dije que estaba  reuniéndome a estudiar la Biblia con un amigo, recuerdo que me dijo: "Yo también quiero estudiar con Uds. la Biblia"

Así se inició nuestra iglesia. Empecé a testificar a mis amigos cómo había encontrado a Dios, y en pocas semanas el grupo creció. No teníamos pastor, ni nadie que nos enseñara, solo nos reuníamos nosotros (todos éramos muy jóvenes), y juntos estudiábamos la Biblia con mucho amor y devoción.

Estuvimos así como medio año, hasta que un día llegó mi hermano mayor a Lima (él vivía en otra Ciudad). Al ver el cambio que Dios hizo en mi vida se sorprendió en gran manera. Recuerdo que cuando hablamos, me dijo: "Juan, estoy asistiendo a una Iglesia en Talara, y vengo con una carta de invitación para que un pastor de Lima predique en la Convención de Jóvenes que tendrá nuestra iglesia. Me gustaría que me acompañes a ver a ese pastor".

Decidí acompañarlo, y visitamos un día de culto la iglesia de ese pastor, era una iglesia pentecostal, pequeña y humilde, pero allí se movía el Poder de Dios. Recuerdo que al acabar el Culto hablamos con el pastor, él me dijo: "¿Quieres entregar tu vida al Señor?". Yo le respondí que ya conocía al Señor. Él entonces me dijo: "Quisieras que ore por ti".   "Claro", le dije. Y cuando él empezó a orar por mí, algo sobrenatural ocurrió. Una Voz interna pero muy real me dijo: "Si quieres ser totalmente libre, bota esa cajetilla de cigarros que llevas". Aleluya. Yo no sabía en ese momento que fumar era malo. Yo llevaba una cajetilla de cigarros en el bolsillo interior de mi casaca. Recuerdo que cuando oí esa Voz pensé: "¿No me estaré sugestionando". Pero otra vez esa Voz me dijo: "Si quieres ser totalmente libre, arroja esa cajetilla de cigarros". Una lucha terrible  se desató entonces dentro de mí. Quería gritar, tirarme al suelo, hasta que dije dentro de mí: "Yo quiero ser totalmente libre". Fue entonces que bajé el cierre de mi casaca, tomé la cajetilla de cigarros y lo arrojé al piso. Algo sobrenatural entonces ocurrió, jamás podré olvidarlo; algo descendió y entró en mí, era una Presencia tan sublime y refrescante, llenó todo mi ser. Cuando acabamos de orar,y me dirigía a mi casa parecía que caminaba en las nubes, parecía que las estrellas brillaban más, no encuentro palabras para explicarlo.

Empecé a visitar esa iglesia (una iglesia pentecostal libre), pero continuaba con las reuniones que teníamos con nuestro grupo de estudio.El grupo había crecido, y aún seguíamos reuniéndonos en la casa mi padre.

Mi padre estaba un poco enfadado por las reuniones que hacíamos. Empezó a mostrar su malestar reiteradamente. Fue así que uno de los amigos que asistían a las reuniones me dijo: "Voy a hablar con mi papá para que nos de parte de su casa, para que hagamos una iglesia".

A los pocos meses, el papá de ese amigo nos dio un pedazo de terreno que tenía aún lado de su casa para que levantáramos una iglesia. Le pedí entonces al pastor de la iglesia que visitaba que viniera a nuestro grupo  para que nos traiga la Palabra. Fue así que nuestro grupo se relacionó con el movimiento pentecostal, y así estuvimos por un espacio de 8 años aproximadamente.

CONTINUARÁ