jueves, 27 de diciembre de 2012


ADORANDO  LA  IMAGEN  DE  DANIEL

 

El hermano Jim Daulton, un amigo personal del profeta, me contó que en cierta ocasión él estaba en la casa de la mamá del profeta, y de repente llegaron unos hermanos, y uno de ellos al saludar a la mamá del profeta, le dijo: “Mamá María”. Ella al oír ese saludo, muy molesta respondió: “¡Que María, ni nada de eso! Yo sé como he parido a William Branham”

Oh hermano, muchos por allí han deificado al profeta, al punto de querer hacerlo el mismo Jesucristo. Ese es un espíritu de error que se ha infiltrado en muchas iglesias del Mensaje. William Branham no es Jesucristo. William Branham es un Mensajero que vino para revelarnos y guiarnos a Cristo. No se deje engañar por ese espíritu. William Branham no es el Hijo de Dios. William Branham no es el Hijo de David. William Branham no es el Hijo del Hombre. William Branham es un profeta, un mensajero, un siervo de Dios, y si hay que darle honra, es la misma clase honra que recibió Juan como el Precursor de la Primera Venida.

El Hermano Branham como profeta pudo ver que un espíritu anticristo se infiltraría en el pueblo que creería su Mensaje, y él nos advirtió claramente que no creyéramos a ese espíritu de error. La Novia ha sido advertida. No oiga la voz del anticristo. Oiga la Voz de Dios.

Mire lo que dijo el Hermano Branham:
Ahora este profeta-mensajero del último día tendrá tal grado de poder ante el Señor que habrán aquellos que le confundirán con el Señor Jesús. Habrá un espíritu en el mundo, en el tiempo del fin, que engañará muchos y hará que crean esto.
"Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis". (Mateo 24:24-26)
Pero no lo crea Ud., él no es Jesucristo. El no es el Hijo de Dios. El es uno de los hermanos, un profeta, un mensajero, un siervo de Dios. El no necesita ningún honor más grande del que recibió Juan cuando fue la voz que clamó: "Yo no soy, pero El viene después de mí”.

Fíjese bien, en esta cita el profeta está identificando a los predicadores que enseñan que William Branham es Jesucristo, como parte de los falsos ungidos de Mateo 24. El profeta toma la cita de Mateo 24 para probarnos que habrían falsos Cristos infiltrados en las iglesias del Mensaje

Así que no solamente hallamos falsos ungidos en la Iglesia Bautista y en la iglesia Pentecostal. Hallamos también falsos ungidos en muchas iglesias del Mensaje. Ellos dicen que son del Mensaje, pero no son del Mensaje, son de la Iglesia Católica Romana, pues tienen el mismo espíritu de Roma que ha hecho de un hombre nacido por sexo su Dios. Se postran ante un hombre, lo llaman “Santo Padre”, y hasta se atreven a decir que William Branham es el mismo Jesucristo hecho carne. Dios reprenda a ese demonio. Lo hemos descubierto en esta mañana. La Palabra lo ha desnudado.

William Branham no es nuestro Padre. William Branham es el siervo que el Padre envió para buscar y traer una Rebeca para Isaac. Es un terrible error llamar a William Branham nuestro Padre. Jesús dijo: “Y no llaméis Padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”(Mat.23:9)

Mire a los amigos de Daniel. Ellos sabían que Daniel era el profeta de la Hora. Ellos lo respetaban y lo amaban. Sin embargo, cuando Nabucodonosor le hizo una imagen a Daniel, y ordenó a todos que adoraran esa Imagen. Esos tres amigos de Daniel prefirieron ser lanzados al horno de fuego que postrarse y adorar la Imagen de Daniel.

Oh hermano, Dios envió en este tiempo un profeta como Daniel. Este profeta nos ha revelado el misterio del reino de los cielos, el misterio de la ceguera de Israel, el misterio de la Traslación de los santosl, el misterio de la iniquidad, el misterio de la Deidad de Cristo, y muchos misterios más.  Amamos y respetamos a ese profeta, pero al igual que los amigos de Daniel jamás nos postraremos, ni adoraremos la imagen de Daniel. No importa cuanta presión venga de parte del diablo. No importa cuántos Nabucodonosores nos amenacen con lanzarnos al fuego. No adoraremos al profeta, no nos postraremos ante él, ni adoraremos su imagen.



(Un extracto del Mensaje: “Falsos Ungidos en las Iglesias del Mensaje”, predicado por el Pastor Juan Saenz.